Introducción
La Obesidad es uno de los más severos problemas sanitarios de los países desarrollados. La Obesidad Mórbida y Super-Mórbida es la fuente de múltiples y muy graves patologías asociadas, incapacita para el ejercicio de una vida normal, acorta considerablemente...
...las perspectivas de supervivencia, predispone al cáncer y obliga a complejas intervenciones quirúrgicas para favorecer el descenso del sobrepeso y mantener el organismo en unos parámetros de salud lo más satisfactorios posibles.
La Obesidad Mórbida es, asimismo, una enfermedad incurable y por tanto las operaciones quirúrgicas no van a resolver los problemas derivados de la obesidad de por vida, si no se realiza simultáneamente una transformación radical de los nocivos hábitos alimenticios del pasado y una modificación en las actitudes y comportamientos ante la propia vida y el entorno social en la que la desarrollamos.
Usted, ha sido candidato a una operación quirúrgica contra la Obesidad Mórbida y ha sufrido los riesgos y problemas que esta cirugía conlleva. Queremos que su operación haya sido definitiva y no tengamos que realizar ninguna transformación o cambios en la misma.
Por todas estas razones, le aconsejamos que asimile, comprenda y ejecute las normas dietéticas y de comportamiento que le proponemos, consultando con nosotros cualquier duda o modificación al respecto.
Pautas de conducta post-operatoria de adaptación intestinal
La dieta inmediata post-operatoria contra la obesidad del procedimiento que acaba de realizarse, está diseñada en primer lugar para que el intestino se adapte a recibir alimentos en una zona que ahora queda muy a distancia del lugar habitual de...
Comprender su cirugía
Sin duda, Usted entendió las explicaciones que le dimos antes de operarse sobre el tipo de intervención a realizar. Ahora debe asimilar que su estómago ha sido seccionado en su casi totalidad y que el espacio útil que se rellenará de alimento es muy pequeño.
También el orificio por el que dicho alimento pasará al resto del tubo digestivo es muy estrecho, de tal forma que con muy poca cantidad de líquidos o comidas blandas puede sentirse “lleno”. Si continúa comiendo puede tener una sensación dolorosa de presión abdominal, náuseas y vómitos.
Tanto Usted como su familia deben comprender que la cirugía está pensada para provocar una restricción alimenticia drástica, lo que conllevará la desaparición del exceso de peso acumulado en forma de grasa.
En general, la sensación de hambre o deseo de comer le desaparecerá tras la intervención quirúrgica con muy pocas cantidades de líquidos o alimentos. Hoy sabemos que el control de la hormona denominada grelina ( estimulante del apetito ), que se produce en el estómago y que se desactiva en gran medida con la cirugía, junto a otros efectos hormonales que actúan incrementando la saciedad a nivel hipotalámico, son decisivas en el proceso de adelgazamiento, aunque esto puede modificarse con el paso del tiempo, por lo que la reeducación alimenticia y de hábitos de comportamiento debe mantenerse indefinidamente, durante toda la vida.
La Cirugía de la Obesidad no ha sido diseñada para “curar” a los enfermos obesos, pero sí para poder controlarla de por vida. Ha sido puesta en funcionamiento como única alternativa válida en la práctica médica para conseguir una pérdida de peso aceptable y una reducción o desaparición de enfermedades acompañantes de la propia obesidad como la diabetes, hipertensión arterial, cardiopatía, insuficiencia respiratoria, infertilidad, depresión, apnea del sueño, artropatía y otras. Los cirujanos especializados en estas técnicas ponemos “trampas” al organismo para evitar la ingesta excesiva de alimentos que conducen a la obesidad, e introducir mecanismos que desencadenan efectos hormonales algunos conocidos y otros en fase de investigación y que conducen a la recuperación de la salud y al control del status mórbido.
Por consiguiente, la comprensión por parte del paciente y su entorno familiar de su “trampa” particular y su colaboración con nuestras recomendaciones son vitales para que los efectos deseados se mantengan durante toda la vida.
Intentar comer a la fuerza mayores cantidades de comida, provocará el vómito y dolor retroesternal, por una distensión excesiva de su pequeño reservorio gástrico. Estar comiendo durante todo el día aunque sean pequeñas cantidades, supone una gran cantidad de calorías supletorias. Comer o beber alimentos excesivamente azucarados o ricos en grasas animales e hipercalóricos, como helados, natas, chocolates, bollería industrial, frutos secos, bebidas alcohólicas o tipo coca-cola, puede hacer que las “trampas” no funcionen y usted esté engañando a su propia técnica quirúrgica. En definitiva, usted puede sacarle el máximo partido a su Cirugía y mantenerla durante toda su vida, pero debe estar dispuesto a seguir nuestras instrucciones y controlar el tipo de alimentación y la forma de comer.
Diez consejos sobre cómo comer
1. No realizar más de tres comidas al día. “Picar” entre comidas es prohibitivo. Pueden y deben tomarse bebidas no calóricas (agua) o de bajo contenido calórico (infusiones, café descafeinado, té, poleo, manzanilla, ...) a lo largo de todo el día.
2. Los líquidos no deben ingerirse con las comidas, sino antes o después de las mismas, con un intervalo superior a la media hora.
3. Durante los tres primeros meses no deben tomarse alimentos sólidos. Toda la alimentación debe realizarse en forma de líquidos, sopas o purés (turmix o pasapurés).
4. Cuando se inicia tolerancia a alimentación sólida, la masticación debe ser concienzuda y lenta; en caso contrario, es probable el vómito. Al comenzar con nuevos alimentos, hay que probar con una o dos cucharadas primero, para ver su tolerancia.
5. Hay que acostumbrarse a comer muy despacio, nunca en menos de media hora. Una comida rápida puede ir acompañada de vómitos. Utilice pequeñas cucharillas, en vez de grandes cucharas soperas.
6. Procure beber a pequeños sorbos, con cucharilla o pajita de sorber. Un gran trago de agua puede llenar bruscamente su reservorio y provocarle el vómito.
7. Deje de comer en cuanto aparezca el menor síntoma de saciedad ya que uno o dos bocados más le pueden provocar el vómito. Al principio, media taza de alimento puede ser suficiente (o incluso menos).
8. Los amigos y familiares no deben alarmarse por lo que supuestamente les parezca “muy poca comida”, ni intentar forzarle a comer más. Es importante que entiendan que las comidas deben ser muy lentas, muy masticadas y muy pequeñas. Comprendiendo esto ayudarán al paciente a encontrarse bien y en consonancia con su operación.
9. Si tiene que tomar medicamentos en forma de tabletas o grageas, procure machacarlos y tomarlos disueltos en agua o un poco de zumo. Si tiene que ingerir antiinflamatorios, aspirinas u otra medicación gastro-erosiva, es necesario que tome previamente protectores gástricos y que nos consulte previamente. Los suplementos de hierro o complejos polivitamínicos, si los precisa, se los propondremos directamente.
10. Por último, le aconsejamos que saque partido sensorial a su alimentación. Comer poco no significa comer mal ni comer a disgusto. Un solo bocado bien masticado de una comida sabrosa puede ser suficiente para captar su sabor, aromas, cuerpo y consistencias con mucho más profundidad que una ansiosa y rápida comilona.
Diez consejos sobre qué comer
1. Tomar líquidos abundantemente. Dos litros de agua diario como mínimo es aconsejable. El agua puede acompañarse de todo tipo de infusiones al gusto del paciente (con edulcorantes artificiales si los prefiere).
Algunos zumos naturales poco calóricos como la naranja, pomelo, limón, zanahoria, tomate, ... pueden tomarse a voluntad.
Hay que evitar: zumos artificiales envasados por su alto contenido calórico; zumos naturales de frutas ricas en azúcares (uva, melón, ...); batidos de todo tipo; bebidas calientes o frías hipercalóricas (natas, helados, chocolate líquido); coca-cola y todos aquellos refrescos similares, por su alto contenido calórico y estimulación del apetito; bebidas alcohólicas en general, incluyendo la cerveza.
2. Productos lácteos. Se aconsejan la leche desnatada, el yogurt natural desnatado, el requesón o queso fresco bajo en materia grasa. Pueden hacerse dos o tres tomas por día, por su alto contenido en calcio y proteínas.
Hay que evitar: leche entera o semidesnatada, yogurt fabricado con leche entera, cuajadas, quesos cremosos, grasos y curados.
3. Hidratos de Carbono y Cereales. Se aconsejan cereales integrales con edulcorantes artificiales, el arroz integral y el pan integral, todo ello en cantidades no superiores a la media taza y en un máximo de 2 – 3 tomas por día, aportando vitaminas, hierro y energía en forma de hidratos de carbono.
Hay que evitar: los cereales edulcorados de fabricación industrial, las pastas habituales (espaguetis, macarrones, ...), el pan, las patatas y el arroz blanco.
4. Huevos, carnes y pescado. Son recomendables los huevos (uno por día), la carne magra blanda (preferiblemente pollo o pavo) en cantidades no superiores a los 50 gr. y el pescado en cualquiera de sus formas, todo ello en un número máximo de tomas de 2 – 3 por día. Aportan proteínas, oligoelementos y minerales. Puede comenzarse por carnes muy cocinadas o picadas, en pequeños trozos, en forma de croquetas o pequeñas albóndigas. Los pescados preferiblemente cocidos o al horno, sin frituras. Los huevos pueden tomarse también en forma de tortilla.
Hay que evitar las carnes grasas y fibrosas, las carnes duras, las vísceras, los embutidos y los mariscos fibrosos. Las carnes poco cocinadas, poco masticadas y en trozos grandes no pueden ser toleradas.
5. Frutas, hortalizas y legumbres. Se aconsejan las frutas y hortalizas en forma de zumo natural o en compota o cocción en pequeñas cantidades en un número de tomas de 3 – 4 por día, aportando vitaminas y minerales a la dieta. Frutas y verduras frescas deben de tomarse todos los días, aunque sean pequeñas cantidades. Las legumbres pueden tomarse en medidas no superiores a media taza en forma de purés o enteras, bien masticadas a razón de una vez por día, aportando fibra, hidratos de carbono y oligoelementos.
Hay que evitar los frutos de alto contenido en azúcares, los hollejos y semillas de uvas, naranjas y otros frutos, las pieles duras, los frutos secos, las especias irritantes como la pimienta, los vegetales duros, fibrosos y de alto contenido calórico como la remolacha de mesa.
6. Dulces. Se pueden recomendar dulces caseros elaborados con leche descremada y edulcorantes artificiales en cantidades no superiores a un cuarto de taza.
Hay que prohibir todo tipo de dulces y bollería industrial, helados, natas, pasteles, tartas, confitura industrial, chocolate y similares. Todos ellos contienen altas cantidades de grasas animales y azúcares hipercalóricos que no aportan nutrientes y pueden provocar síntomas como mareos, sudoración, taquicardia, retortijones y diarrea.
7. Fritos. En general no se recomiendan alimentos fritos y especialmente los chips y otros productos de elaboración industrial por su alto contenido en grasas animales, alto poder calórico y escasos nutrientes.
8. Puede producirse intolerancia a algunos alimentos que otros pacientes con la misma operación toleran perfectamente. Podemos decir que la adaptación a la alimentación después de la cirugía tiene un componente personal individual muy concreto de cada paciente. Puede tolerar carne, pescado, frutas y verduras indistintamente sin ningún problema siempre que mantenga las pautas indicadas; pero puede suceder que algún grupo de alimentos no los tolere y los rechace directamente. No es necesario insistir, puede sustituirlos por otros que no le planteen ningún problema.
9. En general no tiene que preocuparle el vómito salvo que sea diario y continuado, en cuyo caso debe consultarnos. Cualquier trasgresión de las normas mencionadas anteriormente puede provocar el vómito. Esto no quiere decir que deba suspender el alimento que lo ha provocado, sino esperar, tomar líquidos o productos más blandos e intentar de nuevo con dicho alimento en las condiciones antes mencionadas.
10. Como principio básico de su alimentación está el considerar que su comida sea nutritiva y contenga las proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales que anteriormente hemos indicado. Así mismo, que sea variada y alterne unos alimentos con otros en las tres comidas del día. Puede hacer una dieta muy correcta aunque las cantidades que ingiera sean mínimas. Por el contrario, grandes cantidades de alimentos hipercalóricos no nutritivos son indeseables, no equilibrados, acumulan grasa y conducen nuevamente a la obesidad y al desastre corporal.
Un querido consejo sobre sus hábitos de vida
Hasta ahora la Obesidad Mórbida le ha incapacitado para múltiples actividades, le ha limitado su vida social, afectiva y sexual y hasta es posible que le haya “ocultado” a los ojos de los demás encerrándose entre cuatro paredes.
Ahora va a emprender “una nueva vida”, tiene que realizar una vida social lo más activa posible, asistir a reuniones y espectáculos, caminar intensivamente e incrementar progresivamente su actividad física. Puede asistir a un gimnasio, a una piscina cubierta o practicar bicicleta o cualquier otro ejercicio físico que le sea posible. Al principio puede ser costoso, pero notará que su cuerpo estará cada vez mejor en la medida en que incremente su actividad física.
Le recomendamos que no permanezca en su domicilio salvo las horas estrictamente indispensables; que se incorpore si es posible a una Sociedad de Enfermos de la Obesidad o que emplee usualmente nuestro Foro de Pacientes en la web de nuestro Centro (www.obesos.info) para estar en contacto permanente con otras personas operadas e intercambiar opiniones que se divierta; que programe sus actividades de cada día a fín de no “encerrarse” en los tiempos libres; que lea todo cuanto pueda ayudarle a conocer y saber más sobre su enfermedad. Que viaje todo lo que pueda; que sea feliz con su pareja y sus hijos y guarde siempre una fotografía de sus tiempos de Obeso Mórbido para saber a lo que nunca deberá volver a regresar.