POSTED 19 de octubre de 2008 22:00
Gracias!
Hola Inmaculada:
Deseo que hayais pasado un feliz verano. Nosotros este año lo hemos pasado muy bien.
Aquí te mando una foto mía a los 11 meses para que la añadas a la página web. Y también te mando un abrazo muy fuerte para ti y para el Dr. Carbajo y el resto del equipo. Ya sabéis que nunca os olvido y que mi agradecimiento hacia vosotros es esterno. Un besote y hasta siempre
Celia Salceda Morera
POSTED 31 de agosto de 2008 22:00
7 meses después
a los 7 meses de operarse de forma Mini-invasiva, con eficacia y seguridad plenas, su pérdida de peso ha sido de 46 kgs¡¡¡¡¡, pesando ahora 74, y su IMC ha descendido 20 puntos ( ahora tiene 28 )¡¡¡¡.
Actualmente ya come de todo, todas sus co-morbilidades le han desaparecido y sus análisis son perfectos.
Esperamos ver nuevos cambios en los próximos meses en esa "nueva vida".
FELICITACIONES, CELIA Y ADELANTE¡¡¡¡¡
POSTED 29 de mayo de 2008 22:00
5 Meses después
Os mando una foto que me hice hace dos meses por si la queréis colgar en la web. Corresponde exactamente a los 5 meses de operarme. ¿A que estoy buenísima........? ja ja ja. Si estoy así ahora, ¿cómo estaré dentro de un año?.......
Por último contarte que peso ya 76 kilos y voy al gimnasio todos los días sin faltar salvo cuestiones laborales muy puntuales. La papada que tenía algo colgadilla se me ha puesto mucho mejor y las carnes más duritas en general. He recuperado mi agilidad y mi energía, mi marido está alucinado y son muchas las personas que me han preguntado y que les he explicado la operación.
Estaría horas contándote lo guay que es ahora mi vida pero no te quiero quitar tiempo, además cualquier cosa que te cuente tu ya sabes de antemano que es así. Más bien cuando volvamos a vernos podré transmitírtelo en directo.
Dale un fuerte abrazo al Dr. Carbajo y a todo su equipo y tú, Inmaculada, recibe todo mi enorme cariño. Os quiero con todo mi corazón. Besos
POSTED 20 de noviembre de 2007 23:00
Carta de Agradecimiento
Mi segunda vida de la mano de un Ángel Caballero
De mis recuerdos anteriores ya había borrado casi todo lo negativo, solo tenía y tengo vivo aquello que me toca la sangre y si lo hago es para no perder el lazo que me une a una tierra caribeña que extraño y a un hogar con una infancia muy feliz cuyo recuerdo vivo sirve para mitigar el profundo caos en que se convirtió una vez superada esa etapa.
Mi vida en la actualidad era dura solo en el fondo de mi corazón, por todo lo demás era de lujo: un esposo ejemplar y dos hijos maravillosos en el seno de mi propio hogar, una unión sana y verdadera y ningún contratiempo grave relevante que alterara esa paz. Mi mayor verdugo, el peso corporal que todos los días se encargaba de establecer firmemente su presencia en todas mis actividades. Mi fuerza de voluntad le ponía a ralla durante temporadas no muy largas pero enseguida se desvanecía y tomaba el doble de su medida inicial. Así durante muchísimos años sin disfrutar de la vida, procurando evitar todo encuentro social. A pesar de eso, en la mesa de mi casa los alimentos siempre han sido sanos y equilibrados, creando deliberadamente por el bienestar familiar, unos hábitos correctos. Otra cosa muy diferente es todo aquello que yo me he comido a escondidas, con voracidad y de forma absolutamente irracional intentando castigarme y llenar el vacío de mis penas o la emoción de mis alegrías.
Ahora sé que estaba enferma y todo me parece mucho más científico y no tan psicolígico o sentimental como yo lo padecía. Lo sé porque un bendito día después de un largo camino participando activamente en mi recuperación e investigando sobre lo que en cirugía hay para remediar la obesidad, llegó a mis manos una información nueva, especial, con grandes matices resueltos respecto a cualquier otro método conocido por mí. La oportunidad estaba llamando a mi puerta y después de todo lo que había hecho, no la podía dejar escapar. Nada se perdía por conocer de primera mano todos los detalles acudiendo a una inofensiva cita médica en Valladolid con el Dr. Miguel Ángel Carbajo Caballero. Es así como encontré a quien entendía mejor que yo, el sufrimiento que, unas veces a gritos y otras en silencio, yo padecía con desesperación. Su semblante serio de presencia amable, la descripción de su técnica robótica mínima invasiva y de la rápida recuperación que se da después de la intervención, su conocimiento infinito derrochado con enorme generosidad explicando facultativamente cada detalle de la compleja maquinaria interna que provoca la obesidad, su prestigio a veces pincelado con humildes alusiones a su participación activa en las investigaciones más punteras y su enorme capacidad para resolver de manera sencilla y clara todas mis dudas, fueron las razones que me hicieron ver la luz en el túnel. Tanta información no me la podía guardar por lo que inmediatamente se la traspasé en primer lugar a mi hermano Julio quien operándose podía resolver tres problemas importantes a la vez: obesidad, diabetes tipo 2 e hipertensión y a continuación a todas las personas conocidas con el mismo problema.
Decidí dar el paso en aquella cita de marzo y pasamos a la acción en los primeros días de noviembre. Los hombres de mi vida, Juan y mi hijo Simón, inmersos en sus obligaciones, soportaron en la distancia la incertidumbre que supone cualquier intervención quirúrgica. Para acompañarme tuve la suerte de contar con: Aurora una amiga incondicional que como persona buena no tiene rival, mi hija Ana cuya presencia me dio una enorme paz y su amiga Casandra una futura nutricionista siempre dispuesta a ayudar. También conté con el apoyo de mi hermano quien para entonces ya tenía decidida y programada su intervención. Y por supuesto no me puedo olvidar de Helga que fue la persona que con enorme generosidad me ofreció toda la información de su propia experiencia y el testimonio real de un antes y un después.
Me preparé a conciencia para que todo saliera según lo previsto y desde mi intervención, sigo las pautas alimenticias y deportivas al pie de la letra. En apenas unos cuantos días ya estoy renovada por dentro y por fuera. El fantasma de un hambre emocional y los malos hábitos de las visitas a la nevera han aparecido en los primeros días porque el arraigo es brutal. Sin embargo, ese fantasma se ha desvanecido porque ahora es mucho más fuerte la conciencia puesta en el nuevo futuro, la imposibilidad fisiológica para los antiguos atracones y el deseo firme de crear hábitos saludables para un cuerpo y mente nuevos. La ansiedad, la irracionalidad, el sentimiento de culpa, la desesperación, la obsesión, las tardes de sillón perdidas, las reuniones canceladas y toda la lista de negaciones que los que aún padecen la enfermedad conocen a la perfección, POR FIN HAN DESAPARECIDO PARA SIEMPRE.
Sinceramente no podía dejar de expresar en este foro con todo mi orgullo y emoción el inmenso AGRADECIMIENTO que yo siento por quien su segundo nombre y apellido describe lo que para mí ha sido: un Ángel Caballero. Igualmente a su equipo de colaboradores los llevo en mi corazón como seres sensibles y enormemente cercanos que nunca podré olvidar, Inmaculada la psicóloga y asistente más cariñosa y firme del mundo, el Dr. Moreno cuya sola presencia ya irradia serenidad, Cándido, el más amable y simpático de los anestesistas, las enfermeras del hospital y todos los demás que aunque no conocí hicieron posible mi operación.
Las personas que están tocadas por la gracia de Dios para realizar una labor importante y dejar huella como ocurre con el Dr. Carbajo, son seres enormemente privilegiados, pero más lo son cuando lo hacen con sencillez, humildad, generosidad y profesionalidad sin límites como es el caso. Yo he tenido la suerte de conocerlo y me reconforta mucho saber que por muchos años seguirá dando una nueva oportunidad de vida a quienes lo necesiten. Si alguien lo duda todavía, le animo a que tan solo acuda a la primera cita, cambiará su vida al igual que cambió la mía, podrá saber de verdad lo que la obesidad es, cómo funciona y que genera.
Esto es un mensaje de agradecimiento, para todo un equipo médico que de verdad realiza su labor desde la excelencia, pero también para mi familia y amigos quienes me brindaron todo su apoyo y comprensión. También es un mensaje de esperanza para esas personas que a diario me cruzo por la calle con ganas de abordar para compartir mi experiencia, las cuales a simple vista reflejan lo que yo no voy a volver a ser nunca más. Da igual que no tengan apoyo, que no tengan medios, que estén en un estado de autoestima lamentable, todo eso se puede superar, hay que tener fe y buscar la manera pero hay que poner empeño y enfocarse en ello. Con el apoyo de Inmaculada se puede empezar y superar cualquier carencia familiar, con un préstamo o alguna ayuda similar se puede superar la parte material y con una férrea convicción se puede conseguir el objetivo principal: ser normal, vivir de forma sana sin excesos y con todos los placeres simples no disfrutados hasta el momento: cruzar las piernas, ir feliz a la playa, disfrutar a tope en reuniones sociales, pasear con una respiración acompasada, comprar ropa de tallas normales........... y tantas cosas más. El apoyo familiar se recupera con la nueva realidad e igualmente el dinero regresa porque todo alrededor empieza a funcionar mejor empezando por el ahorro al no gastar en comida innecesaria o ropa cara de talla especial; no obstante lo verdaderamente primordial es el horizonte nuevo que se nos presenta, despejado y lleno de color. Creo firmemente que todos los seres humanos tenemos derecho a disfrutar por una vida mejor y que luchar por ello depende más de nuestra convicción que de nuestra aparente disponibilidad. A veces hacemos auténticas locuras por compra un coche nuevo y en cambio no damos ni un céntimo por nuestra salud.
Soy Celia Salceda Morera y solo me queda decir de nuevo y en mayúsculas: ¡MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS! , lo único que puedo dar a cambio es mi disposición incondicional para aquel a quien mi experiencia le pueda ayudar, podrá localizarme en los teléfonos 986264827 (oficina), 986370882 (casa) ó 647501341 (móvil).
Galería de imágenes